Doy las consultas para Literatura Europea II en un Box de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades y Artes perteneciente la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
El año pasado se había resquebrajado el vidrio de una de las ventanas, y así estuvo toda la segunda mitad del año.
Este año, cuando volví de las vacaciones, me encontré conque ya no había vidrio roto. NO HABIA vidrio at all.
En el verano, vaya y pase. Yo avisé a Intendencia un par de veces: "Cuando haya plata en la caja chica".
Pero en invierno es otra cosa. Ya van dos veces que les pido a la gente de intendencia que enciendan la estufa y la respuesta es: "Tiene que esperar un ratito. No tengo personal". Pasa la hora y nada. Ya me voy, se acaba mi horario. Esas dos veces me enfrié y la pasé bastante mal del estómago.
Hace un par de martes atrás tuve la suerte que uno de los tipos estaba justo en el mismo piso, y bueh, la encendió. Aclaro que la pantalla calefactora tiene una llave particular que sólo tienen los de mantenimiento, ergo una nada puede hacer.
Hoy volví a pedir y me dieron la misma respuesta. Decidí quedarme en una especie de hallcito que hay en Letras, ya que allí sí estaba encendida la estufa. Pero el ir y venir de la gente (hoy estrenaba mi nuevo día de consulta: de martes me pasó a los miércoles) me hacía casi imposible leer.
Ya sé, me podrán decir que esto es un detalle menor dentro del kilombo que es la situación actual de nuestras universidades. Pero creo que dice mucho de la dejadez. De la indiferencia.
Y no, aquí no me pondré a comentar la falta de materiales bibliográficos, ni la falta de gente idónea atendiendo bibliotecas, ni otras cosas, que ya sé son meras, puras utopías.
Quien se preocupa porque haya libros en las bibliotecas es una demente. ¿Dónde me encierro?
1 comentario:
Y aquí, en sudamérica, se piensa que por allá todo marcha sobre ruedas... El burocratismo es un mal que no tiene fronteras.
Anda preparada con tu casaca para la ocasión, que sanita, una anda por mil lugares con energía..
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